Género, redundancia y políticos del montón

“Amigos y amigas”: así están empezando muchos discursos políticos ante las próximas elecciones municipales. No sé mucho de política, pero supongo que esto se dice por atraer el voto femenino. Ante el machismo que nos rodea, es natural que las mujeres todavía tengan que demostrar que son parte igual de importante en la sociedad y que luchen por esa igualdad; pero ¡qué fue de la economía lingüística! Que yo sepa, cuando generalizas usando el plural en masculino incluyes al género femenino, en español por lo menos (el alemán, o la lengua alemana para que no se ofendan (!), usa el artículo femenino para formar el plural).


Entiendo que incluso los países más desarrollados están llenos de machistas: aún se suceden denuncias por violencia de... ¿género? La RAE, en el Diccionario panhispánico de dudas de 2005 dice que “las palabras tienen género (...) [y] los seres vivos tienen sexo”. Pero claro, qué erótico podría sonarle a alguno (o alguna, para evitar de nuevo la economía en el lenguaje) violencia de sexo, parece que hablamos de pornografía sadomasoquista.


En la mayoría de carreras universitarias el porcentaje de mujeres es mayor que el del sexo opuesto. Por lo tanto, la mujer está más preparada que el hombre, o por lo menos hay más mujeres que hombres con formación académica elevada: la mujer es el futuro. Me encanta que palabras, que antes era impensable aplicarla a mujeres, hoy en día hayan evolucionado en cuanto al género. Esto es gracias a trabajos, a los que previamente solo accedía el género sexo masculino, ahora también accesibles para mujeres. Así que ahora podemos hablar de arquitecta, médica, ministra, etc. No me extrañaría que en el futuro terminen evolucionando sustantivos comunes en cuanto al género como piloto en pilota; sin embargo, no me imagino el masculino de policía: “policío” me suena feísimo.


Volviendo a los políticos, ¿no tienen límite de tiempo para hablar en sus discursos como en 59 segundos? Sé que tienen que exponer sus programas de manera que llegue a la mayor cantidad de gente posible, como un anuncio de Coca-Cola, pero ¿por qué no se ahorran algunas redundancias? ¿Creen realmente que ganarán más votos femeninos incluyendo señoras, compañeras, amigas o adeptas en su literatura? Esto me recuerda que, para algún político, la literatura no debe tener un gran valor cultural, ya que para criticar a la oposición se le ocurre hablar de “pura literatura” en lugar de demagogia.


Supongo que la lengua me obsesiona demasiado. Igual peco de arcaico con respecto al género y hago poca crítica de la RAE. No obstante, se encuentra más fácilmente una crítica que un apoyo; así que si quiero hablar de algo que considere equívoco en la RAE, ya lo haré cuando se la sobrevalore (o cuando se me ocurra).


Espero no haber ofendido a nadie con esta entrada.


Posdata: me acabo de imaginar a Elvisa Yomastercard (que por lo visto tiene blog) recientemente criticada por el maravilloso (!) Sé lo que hicisteis, empezando sus vídeos con “hola amigos y amigas”, y no tiene la misma gracia.

Comentarios

  1. Muy bueno y acertado, la verdad es que estamos volviendo loco a nuestro ya maltrecho castellano... Entre ministros, ministras, periodistas y periodistos estamos apañados.
    Gracias por escribir.

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  2. Danny en cuando a sexo y género te doy toda la razón, de hecho hoy se prefiere el concepto de violencia sexista o machista (cuando la violentada es una mujer a manos de un hombre). Tú como filólogo de lengua inglesa en ciernes, y aunque los sustantivos en inglés también tienen género, sabes que el género está determinado por palabras distintas (girl/boy), mientras que en español en la mayoría de los sustantivos el género se adquiere por los sufijos o artículos que se acompañan (niña/niño). Probablemente, la utilización casi cacofónica de masculinos y femeninos no tenga razón técnico-lingüística aparente y es posible que provenga de criterios políticos o sociológicos (aunque seguro que habrá tesis doctorales al respecto de la cuestión). Su importancia radica en un asunto capital: la visibilidad de las mujeres sometidas históricamente a la preponderancia masculina. Es aquí donde cobra todo su sentido el que estas distinciones sean protagonistas. Por otra parte, estoy absolutamente convencido de que el plural de más del 95% de las palabras se forme con el masculino tampoco obedece a ninguna razón etimológica ni de técnica lingüística, sino que muy al contrario también radica en razones de índole social y por ende machistas.
    Sin más profundidad aquí dejo mi comentario eso sí, no sin antes disculparme por el intrusismo que hago en esta materia que desconozco.
    Felicidades por los debates y reflexiones que planteas en tu magnífico blog.

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